Artículo del Ing. Luis Manuel Aguana
No,
no me refiero a alguna Unidad que se haya creado para trabajar en algo
técnico, pero tal vez por allí vayan los tiros de esta nota. Se refiere
más bien a la unidad de los técnicos, que podría ser más bien el término
adecuado a la situación que hoy presenta la discusión entre los
técnicos de la oposición en relación al sistema electoral y la discusión
de si usar o no las captahuellas en el proceso del 7 de Octubre.
Paradójicamente, a partir del 12F tenemos unidad política pero hasta la
fecha no tenemos unidad técnica.
En
mis tiempos de estudiante de bachillerato, solo habían dos opciones de
estudio para donde coger: Las Humanidades y las Ciencias. La gente se
titulaba, si lo recuerdan, Bachiller en Ciencias y Bachiller en
Humanidades. El tiempo me ha enseñado que era una diferenciación atroz.
Nadie puede ser completamente científico ni tampoco completamente
humanista. Como siempre me encantó la lógica y la pureza técnica, del
saber que objetivamente dos y dos son cuatro, sin que nadie lo pudiera
objetar, siempre preferí el estudio de las ciencias, de lo científico.
Las humanidades me sonaron a algo que no se podía medir, relacionado con
los estudios de lo humano y lo discursivo y, como siempre me gusto
llamar al pan, pan y al vino, vino, siempre me aleje de las discusiones
estériles de los humanistas a los que siempre de alguna manera la cuenta
de dos más dos nunca les daba cuatro sino el numero más conveniente.
¡Por eso precisamente eran los estudios de lo humano!